Garriguella, el pueblo del vino y las tortugas de l’Empordà

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Hace años una marca de bebida energética hizo una graciosa campaña para animar a la gente a buscar pueblo para ir de vacaciones. Tengo que reconocer que no recuerdo muy bien la campaña, porque de pueblos para ir de vacaciones, tengo unos cuantos para elegir, ventajas de tener familia en diferentes sitios, así que no presté demasiada atención. Pero al pensar en la idea de pueblo que vendía esa campaña, me viene a la cabeza, el que de ellos es el más pueblo, pueblo, no porque sea rústico y anticuado, si no por su tamaño no es excesivamente pequeño ni grande tiene todo lo que tiene de característico de este tipo de poblaciones. Y por supuesto se puede considerar que es un pueblo bonito en una zona preciosa donde también hay otros pueblos también preciosos y hasta más conocidos probablemente. Una zona como el Empordà, donde según una leyenda un pastor y una sirena enamorados se fueron a vivir, necesitaban una casa entre el mar y la montaña. No sé si es una historia que se cuente mucho, pero la he oído mucho en mi familia porque justamente mi bisabuelo era pastor. Y hace más o menos unos cien años mi bisabuelo bajó de la montaña donde vivía y se encontró a su sirena particular y se quedaron en el pueblo de ella.

Un pueblo llamado Garriguella que siempre he oído decir que fueron dos Gerisena y Noves. Tiene como todos los pueblos su iglesia llamada Santa Eulalia de Noves construida entre los siglos XVIII y XIX. Esta situado y ahí viene quizás su problema cerca de Peralada o Perlada como lo llaman en mi casa. Perelada es conocido por su castillo y un festival que se allí celebra cada verano y por tener un campo de golf, y eso son siempre cosas que llaman más la atención.
Actualmente también esta formado por dos núcleos urbanos, Garriguella propiamente dicho y Garriguella d’Abaix (de abajo) que mi tía abuela se refiere a él como Abaix a Garriguella (abajo en). Mi tía abuela sigue siendo hasta la fecha la persona más viajera de esa parte mi familia, aún no he podido superarla pero falta poco.
El pueblo no llega a los 1000 habitantes, y sigue siendo bastante rural aunque su calle principal parezca la de cualquier ciudad. En esa calle hay un banco, una farmacia, una carnicería, un bar restaurante y un par de tiendas de comestibles que tiene más o menos de todo, eso hace que haya cierta vida y a según que horas bastante gente y tráfico. Más allá en las otras calles también hay más restaurantes, algunos hoteles y comercios varios. También tiene lugares de interés natural como el parque natural de l’Albera que comprende parte de la sierra del mismo nombre, parte de los Pirineos y de la frontera entre España y Francia. Un sitio para estar días enteros haciendo senderismo, se pueden encontrar construcciones megalíticas, una ermita llamada Mare de Dèu del Camp (Nuestra Señora del Campo) y un centro de reproducción de Tortugas.

Por eso digo que es un pueblo, pueblo pero lo que destaca sobre todo es que es un destacado productor de vino. También se produce un buen aceite y hace unos años hacían una muy buena miel, desgraciadamente esa producción se perdió y no he oído decir que haya nadie más que haga. Pero actualmente es el vino, el producto estrella del pueblo, hay grandes y pequeños productores. Vino de todo tipo, blanco, rosado, tinto pero también dulce de una uva llamada garnacha que da también nombre a la bebida. Justamente un vino de este tipo de uno de los productores del pueblo, Mas Llunes se llevo el premio al mejor vino dulce de Catalunya y el mejor de su denominación de origen Empordà. No es este el único productor que destaca, hay una cooperativa vinícola que también bajo la mismo denominación produce caldos con muy buena relación calidad precio. Tiene un gran tienda con vinos y todo tipo de productos de la zona, además de un pequeño restaurante.
Cada año se celebra una feria dedicada a la Garnacha y a los buñuelos, un producto típico de la zona. La Fira de la Garnatxa y el Brunyol se lleva a cabo desde 1998 un fin de semana entre marzo y abril coincidiendo con semana santa.

Y como pueblo algo le tiene que fallar, el transporte público por supuesto. No hay estación de tren, la más cercana es Vilajuïga para los trenes regionales que paran en todos los pueblos. Para los trenes de media distancia con menos paradas, Figueres o Llançá. Existe un pequeño servicio de bus con mínimas frecuencias a Figueres y los pueblos alrededor pensado para que la gente del pueblo se desplace a hacer compras, ir al hospital o al instituto. La única opción fiable es el coche tanto para ir directamente o de paso recorriendo la zona durante unos días que hay bastante que ver tanto este pueblo como los demás.

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